Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.
Paulo Coelho
Los niños nos pueden enseñar muchas cosas, si estamos dispuestos a aprender. Mis hijos me han enseñado el significado del amor incondicional, me han enseñado que soy más fuerte de lo que pensaba y tengo más energía de lo que me pude algún día imaginar.
Me encantan cuando ríen a carcajada porque puedo sentir que están disfrutando lo que sea que están haciendo y me sorprende como a veces se pueden divertir por horas haciendo o jugando lo que menos me hubiera imaginado.
Y definitivamente no hay nadie que le gane a los niños a pedir y muchas veces exigir lo que quieren. Mi hijo mayor es muy hábil pidiendo lo que quiere, el utiliza técnicas (que no se cómo aprendió) de vendedor. Cuando quiere hacer algo muchas veces el mismo me da dos opciones (la técnica que también nos enseñan a los padres para lograr que nuestros hijos hagan lo que queremos), por ejemplo hace un par de años atrás él quería poner una carpa en la mitad de la sala y yo por supuesto no estaba convencida que eso fuera una buena idea.
Entonces me dice ‘Mamá donde prefieres que ponga la carpa de este lado o del otro,’ nunca me pidió permiso para ponerla, me sorprendió tanto que la carpa estuvo como un mes en la sala. Y el más pequeño no se queda atrás, hace unos días mi esposo salió a hacer unos mandados, mi hijo más grande y el pequeño lo acompañaron. De regreso mi esposo pensó en traer un paquete de galleta de helado a mi hijo mediano, que me estaba acompañando, y también para compartir con todos.
El más pequeño le recordó como 100 veces a mi esposo que como él lo había acompañado a hacer los mandados, él se había ganado un tornado de galletas oreo, por supuesto adicional a la galleta que le iba a tocar en casa. Así que si me preguntan ¿Los chicos saben cómo exigir con todas sus fuerzas lo que desea? La respuesta es un rotundo SI y espero que me sigan recordando esta importante lección porque a veces a nosotros los adultos se nos olvida pedir y luchar por lo que queremos.
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